Las Lagunas de El Tobar: agua salina y agua dulce

Las Lagunas de El Tobar: agua salina y agua dulce

La Laguna de El Tobar es una de las joyas escondidas de la provincia de Cuenca. Esta zona está declarada Reserva Natural de Castilla-La Mancha, Refugio de Fauna y espacio protegido de la Red Natura 2000.

En este entorno hay 3 lagunas: la Laguna Grande, la Laguna Pequeña y la Laguna Ciega (desaparecida actualmente). La Laguna Pequeña no suele ser visible debido a la tupida vegetación; la Laguna Grande tiene un perímetro de unos tres kilómetros y es la que vamos a recorrer.

Proponemos visitarla siguiendo el sendero  (Paseo Temático de la Laguna Grande) que sale desde el pueblo, es circular (unos 5 kilómetros) y rodea toda la laguna. En una hora y media aproximadamente lograremos terminan este cómodo recorrido. 

El recorrido se inicia a las afueras de El Tobar en dirección sudeste, por una pista amplia y sin vegetación que en un kilómetro desemboca en la Laguna. El carrizo nos impide acercarnos al agua salvo en algunos claros, por lo que no se recomienda el acercarse en este lado del trayecto. 

El camino a nuestra izquierda va bordeando toda la laguna a cierta altura del agua. Pasaremos junto antiguos cobijos para el ganado y un pequeño, pero espectacular mirador de la laguna.

Estamos rodeados de un espectacular paisaje kárstico que se ha conformado a lo largo de los siglos por la acción del agua sobre rocas calcáreas. El fondo de la laguna es impermeable, lo cual permite la retención del agua. Sus aguas son dulces en la superficie, pero a partir de los doce metros son saladas, el triple con respecto a la del mar. La diferencia de densidad es tal que los dos tipos de agua no se mezclan nunca.

Y es que, cuando se trata de disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión en la provincia de Cuenca, Beteta se presenta como una elección inigualable (recordamos que El Tobar es una pedanía de Beteta). Este pequeño pueblo se encuentra estratégicamente ubicado entre dos tesoros naturales: el Parque Natural de la Serranía de Cuenca y el Parque Natural del Alto Tajo, dos de las maravillas naturales más imponentes de Castilla-La Mancha.

Descubriendo las Maravillas de Beteta

En cualquier dirección que te aventures desde Beteta, te esperan parajes naturales espectaculares. Hacia el oeste, el Monumento Natural Hoz de Beteta y Sumidero de Mata Asnos se alza como un cañón fluvial majestuoso, con imponentes paredes rocosas de más de ochenta metros de altura que se precipitan sobre las aguas turquesas del río Guadiela. Hacia el norte y el este, el Alto Tajo despliega su belleza natural salvaje.
 

Sin embargo, es hacia el sur, a tan solo 2 kilómetros de Beteta, donde te invitamos a descubrir otro tesoro oculto: El Tobar y su impresionante Laguna Grande.

Para explorarla, te sugerimos seguir el sendero SL-CU 04, también conocido como el Paseo Temático de la Laguna Grande. Este sendero circular te llevará desde el propio pueblo de El Tobar y rodeará completamente la laguna, ofreciendo vistas panorámicas espectaculares y una experiencia en la naturaleza que no olvidarás fácilmente.
Detalles del Sendero

- Longitud: 5 kilómetros.
- Tiempo estimado: Aproximadamente 1 hora y 30 minutos.
- Dificultad: Fácil.

El sendero comienza en las afueras de El Tobar y sigue una amplia pista sin vegetación que te llevará directamente a la Laguna. El espeso carrizo te impedirá acercarte al agua en la mayoría de los lugares, pero a lo largo del camino, a tu izquierda, encontrarás un sendero que bordea la laguna a una cierta altura sobre el agua. Mientras caminas, podrás observar antiguos refugios para el ganado y un pequeño pero impresionante mirador que ofrece una vista panorámica de la laguna.

El fascinante mundo subacuático

A medida que exploras la Laguna Grande, quedarás fascinado por el paisaje singular que se ha formado a lo largo de los siglos debido a la acción del agua sobre las rocas calcáreas. El fondo de la laguna es impermeable, lo que permite la retención del agua. Las aguas en la superficie son dulces, pero a partir de los 12 metros de profundidad, se vuelven saladas, con una densidad tres veces mayor que la del mar. Esta diferencia de densidad crea un fenómeno curioso conocido como meromixis, donde los dos tipos de agua nunca se mezclan.

La superficie de la laguna se engalana con nenúfares blancos, y a medida que exploras las zonas más sombrías, te sumergirás en un bosque espeso y verás líquenes y musgos en rocas y árboles. Si tienes suerte, podrás avistar algunas nutrias o las variadas aves acuáticas que han hecho de este lugar su hogar.