Con la llegada del otoño, los bosques de la Serranía de Cuenca se convierten en un paraíso para los amantes de la micología.
La búsqueda de setas, una tradición que combina el amor por la naturaleza, la ciencia y la gastronomía, cobra vida en nuestros montes, donde la diversidad de hongos comestibles hace de cada paseo una experiencia única.
La Micología: Un puente entre la ciencia y la naturaleza
La micología, la ciencia que estudia los hongos, juega un papel fundamental en la recolección de setas. No solo se trata de una actividad recreativa, sino también de un ejercicio de aprendizaje y respeto hacia la biodiversidad. Conocer las diferentes especies, sus hábitats y sus características es esencial para disfrutar de la búsqueda de setas de manera segura y sostenible. La Serranía de Cuenca, con su vasta riqueza micológica, es un aula al aire libre para quienes desean adentrarse en este fascinante campo.
Un entorno ideal para la micología
La Serranía de Cuenca ofrece un hábitat ideal para el crecimiento de una gran variedad de setas. Los pinares, encinares de la región, junto con la riqueza de su suelo, crean las condiciones perfectas para que los hongos proliferen. Desde los primeros días del otoño, cuando las lluvias humedecen la tierra, hasta bien entrado noviembre, los suelos de la serranía se llenan de setas de todos los tamaños y colores.
Entre las especies más buscadas en la Serranía de Cuenca se encuentran el níscalo (Lactarius deliciosus, la seta de cardo (Pleurotus eryngii), el boletus (Boletus edulis), y la amanita cesárea. Cada una de ellas tiene su particularidad, desde su sabor hasta su dificultad para encontrarlas, lo que convierte la recolección en un auténtico desafío para los aficionados.
Consejos para una recolección segura y respetuosa
La búsqueda de setas es una actividad que requiere conocimiento y respeto por el entorno natural.
Aquí algunos consejos para disfrutar de esta práctica de manera segura:
1. Conocer las setas: es fundamental poder identificar correctamente las setas que se recogen. Muchas especies tienen su contraparte tóxica, por lo que es recomendable llevar guías micológicas y, si es posible, realizar la búsqueda junto a un experto. Los cursos y salidas organizadas por asociaciones micológicas locales son una excelente manera de aprender.
2. Utilizar una cesta: para preservar el medio ambiente, es importante utilizar cestas de mimbre o de materiales naturales. Estas permiten que las esporas de las setas recolectadas caigan al suelo mientras se camina, facilitando su reproducción.
3. Respetar el entorno: la Serranía de Cuenca es un espacio natural protegido. Por ello, es crucial no dañar el entorno, evitando remover la hojarasca en exceso o arrancar las setas desde la raíz. En su lugar, es preferible cortarlas con una navaja por el pie, lo que ayuda a que el micelio, la parte subterránea del hongo, continúe vivo y siga produciendo más setas.
4. Recolección responsable: no se deben recoger setas en grandes cantidades. Lo ideal es llevarse solo las necesarias para el consumo personal, dejando el resto para que continúen su ciclo natural y para que otros también puedan disfrutar de ellas.
Disfrutando del paisaje otoñal
Más allá de la recolección, la Serranía de Cuenca en otoño ofrece un espectáculo natural incomparable. Los colores dorados, ocres y rojizos tiñen el paisaje, creando un ambiente de tranquilidad y belleza. Pasear por los bosques en busca de setas se convierte en una experiencia sensorial, donde el olor a tierra húmeda y la brisa fresca completan el cuadro.
Además, contamos con numerosos senderos y rutas bien señalizadas que permiten explorar sus rincones más escondidos. Algunos de los lugares más recomendables para la búsqueda de setas son el Parque Natural de la Serranía de Cuenca, los alrededores de Tragacete y Las Majadas, donde la diversidad de ecosistemas garantiza una gran variedad de hongos.
De la naturaleza a la mesa
La recolección de setas no termina en el bosque. Una de las mayores satisfacciones es llevarlas a la cocina y disfrutar de sus sabores en recetas tradicionales.
En Cuenca, es típico preparar platos como los níscalos a la parrilla, revueltos de setas con huevo o guisos de patatas acompañadas con boletus. Cada receta es una oportunidad para saborear el otoño y conectar con la tradición culinaria de la región.
La búsqueda de setas en la Serranía de Cuenca es mucho más que una actividad recreativa; es una forma de conectarse con la naturaleza, aprender sobre el ecosistema y disfrutar de la gastronomía local. La micología, en este sentido, actúa como un puente entre el conocimiento científico y la apreciación de la biodiversidad. Este otoño, adentrarse en los bosques conquenses en busca de setas es una invitación a descubrir los tesoros escondidos de la tierra, en un entorno que combina la belleza del paisaje con la emoción de la búsqueda.